Guardo

Erase una vez un niño que  se llamaba Luis. Un día fue con su bici a un bosque lleno de pinos porque desde su casa oía a alguien llorar, pero no vio a nadie y de repente le cayó una lágrima en su cabeza, miró hacia arriba y vio que un pino estaba llorando y le preguntó: 

¿Por qué estás llorando? ¿Qué te pasa?

 Y el pino le respondió: - Es que pronto va a ser Navidad y me van a cortar para ponerme en la plaza del Ayuntamiento para decorarme con luces y bolas de Navidad. Y no quiero porque eso les pasó a mis papás y cuando pasó la Navidad les tiraron a la basura y yo no quiero morir quiero vivir aquí  en el bosque muy feliz con mis otros hermanos pinos. Por cierto,¿ como te llamas?¿tú me puedes ayudar? 

Y el niño le dijo: -Me llamo Luis y claro que te voy a ayudar. No te preocupes que se me ha ocurrido una idea. ¡Ahora vuelvo!

Luis se fue con la bici corriendo al Ayuntamiento para hablar con el alcalde del pueblo y le contó lo que le pasaba al pino. Entonces el alcalde le dijo a Luis: - ¿y cómo lo podemos ayudar al pino ? Y Luis le dijo: - ¡Se me ha ocurrido una idea! En vez de cortar un pino cada año, vete a una tienda del pueblo y compra un pino artificial gigante con luces para que así  cuando se acabe la Navidad se recogen los adornos y se guarda para otros años. ¡Así hace mi mamá!

El alcalde se puso muy contento porque la idea de Luis era muy buena y así no se cortan pinos sanos del bosque y no les tiran a la basura después de la Navidad. Así que el alcalde fue a una tienda del pueblo y compró el árbol artificial más grande y bonito que tenía en la tienda. Lo pusieron en el medio de la plaza del Ayuntamiento en una maceta gigante y todos los niños fueron con sus padres y abuelos a ver lo bonito que había quedado y aplaudieron al alcalde y a la idea de Luis.

Entonces Luis como estaba muy contento,  fue corriendo con su bici al bosque para contárselo al pino. Llegó y le dijo Luis al pino:

- ¡Ya estoy aquí y tengo buenas noticias para ti!

- ¡¡ El alcalde me ha escuchado y ya no te va a cortar ni a ti ni a ningún pino más porque ha comprado un árbol artificial para siempre!!

El pino dejó de llorar y se puso muy feliz y le dijo a Luis:

- ¡Muchas gracias! Si no hubiera sido por ti yo ya no estaría aquí. ¡ Gracias  Luis!

El niño le miró, le dio un fuerte abrazo en el tronco, le dio un beso y le dijo:

- Me alegro que estés contento amigo pino.

- Ahora vendré todos los días a verte.

¡¡Animo y vuelve a vivir!!

El niño se fue con la bici a su casa muy feliz viendo que pino había vuelto a sonreír.

FIN

Luis Lozano Fernández. "Animo y vuelve a vivir "