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Publicado : Ayuntamiento de Guardo 31 de enero de 2021

 


LUZ DE NAVIDAD

Había sido el mejor verano de su vida, aunque el año no parecía bueno por todos los cambios que la vida de Marina había tenido, un nuevo hermano, nuevo colegio, nueva ciudad. Marina, era una preciosa niña de nueve años, alegre, lista y amable y aquel había sido el mejor  verano de su vida, con Sena a su lado. Lo mejor de la vida como decía mamá, es encontrar un buen amigo. La perrita llego a la familia en Navidad, apenas tenía un mes y desde entonces no se habían separado.

El último fin de semana de la playa, había sido muy caluroso ambas estaban cansadas y casi dormidas. Papá cogió a Marina y la metió en el coche y mamá a Sena en su trasportín o al menos eso pensó mamá pero, Sena no estaba allí, nadie se dio cuenta de que la perrita se había quedado dormida en la arena y no estaba en su sitio. Nadie se dio cuenta hasta que llegaron a casa.

Cuando Marina supo que Sena no estaba su corazón se llenó de tristeza y la luz que todos los niños poseen se fue apagando según pasaban los días sin encontrar a Sena. 

Sena despertó con frio y con hambre, no sabía dónde estaba, el sol empezaba a asomar y se veía en el mar. Aquel perro grande la olfateaba y ella tenía miedo, Marina no estaba cerca y su collar no estaba, en él estaba su nombre y su casa. El viejo pescador sujeto a Rayo y cogió a la pequeña Sena, - te llevare a casa, seguro que los veraneantes te han abandonado. Así Sena llego a la granja, todos la miraban y ella asustada llamaba a Marina. ¿Marina? ¿Quién es Marina? –pregunto la vaca Carlota, - Mi amiga humana, contesto Sena, estará triste y preocupada. Todos rieron, -no te preocupes dijo Bigotes el gato, yo te ayudare y volverás a ver a Marina.

Los días pasaron el otoño pasaba y la Navidad se acercaba. Marina y su familia fueron al Mercado de Navidad para buscar nuevos adornos  bolas, luces y figuras para el Nacimiento. Marina no miraba nada y a ella siempre la gustaba mucho ese mercado y no paraba de  comprar cosas nuevas para adornar la casa pero este año, no miraba nada. Papá y mamá estaban preocupados y cuando Marina escribió su carta a los Reyes Magos y a Papá Noel, solo había pedido una cosa, que Sena vuelva a casa.

Los días pasaban la Navidad se acercaba y, Sena sentía un gran peso en su corazón. Bigotes, el gato, le dijo a Sena – Hoy, vendrá el viejo Noel y se llevara los pavos a la ciudad y, esa ciudad es donde vive Marina, yo te acompañare y Rodolfo el perro de Noel nos ayudara.

Cuando Noel llego, Sena y Bigotes estaban preparados. Rodolfo se acercó a ellos y les llevo hasta la camioneta y les ayudo a subir, el viejo Noel sonrió y cuando vio que estaban ya colocados se puso en marcha a la ciudad. Al acercarse a la ciudad, Sena empezó a estar más contenta y reconocía los lugares. Noel se desvió de su camino habitual y se dirigió a un barrio lleno de casitas con su jardín y piscina y muchas zonas verdes. Las luces de la calle estaban encendidas y todas las casas estaban decoradas y con sus luces navideñas encendidas, todas menos una, estaba en mitad de la calle y allí las luces no estaban encendidas. Pero Sena estaba nerviosa y solo quería llegar hasta aquella casa. Noel paro la furgoneta y le dijo  Rodolfo es la hora, ayuda a esa perrita, eran las seis de la tarde del día de Nochebuena. Rodolfo busco a Sena y la dijo, pequeña ya estás en casa vete con Marina. Sena se bajó de la furgoneta y empezó a andar hacia la casa. Su corazón empezó a sonreír y ella parecía que flotaba mientras, en la casa pasaba  algo raro, las luces empezaron a encenderse poco a poco y la familia de Marina noto que ella empezaba a sonreír y que se acercaba a la puerta cantando primero muy bajito y luego más alto. Toda la casa se ilumino, las luces del árbol, las del Nacimiento, el molino se movía, la lavandera lavaba, todo cobraba vida, en el jardín todas las luces estaban encendidas, Marina salió corriendo al jardín y allí vio como todo parecía vivo, su corazón reía y su luz empezó a encenderse de nuevo. Allí en mitad del camino estaba Sena. Su amiga del alma, había crecido sin duda pero era ella, allí estaba Marina, Sena estaba segura que era ella y corrieron hasta que se unieron en un abrazo y rodaron por el suelo juntas. Mientras su familia y todos los vecinos salían a la calle llena de luz, alegría y canciones, el viejo Noel puso en marcha su camión y Rodolfo y Bigotes empezaron a arrastrar el camión hasta que este se elevó por encima de las casas. Noel saludo a Marina y a Sena y una estrella parpadeo como si guiñase. 

I Concurso Juvenil e Infantil de Cuentos de Navidad de Guardo

Categoría B

Accésit: Sofía Rodríguez Sagüillo – Luz de Navidad – Vegarredonda, Guardo

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